En España, la prevalencia de los trastornos de la conducta alimentaria está en torno a un 4,7% de la población: la anorexia nerviosa entre el 0,1% y el 0,8%, la bulimia nerviosa entre el 0,5% y el 1,5%, y los trastornos de la conducta alimentaria no especificados afectan al 2,7-3,8% de las mujeres adolescentes (y constituyen el 90% de estos trastornos).
Muchos expertos reconocen que “la malnutrición evidente de muchas maniquíes, que son modelos a imitar por muchas personas”, eleva el riesgo de aparición de trastornos alimentarios entre los más jóvenes
• Los grupos más vulnerables son las adolescentes escolarizadas, que cada vez demandan más ayuda en las consultas de Atención Primaria y Psiquiatría
“Durante los últimos años en las pasarelas se han exhibido una serie de modelos extremadamente delgadas, algunas rondando la emaciación (proceso agudo que ocasiona bajo peso para la talla), con una apariencia cadavérica y que en muchas ocasiones recuerdan el aspecto clínico de las personas con anorexia nerviosa”.
La gravedad de este hecho no radica únicamente en el problema de salud que esto supone para las propias modelos. “muchas de ellas han sido un modelo a imitar entre nuestras adolescentes, que en el glamour de las maniquíes ven un ideal a alcanzar en una profesión muy deseable”. Ante esta situación, Adaner, insiste en la necesidad de dar la voz de alarma para evitar la malnutrición evidente de algunas modelos.
Según lo explica la endocrinóloga Susana Monereo, miembro de la SEEDO y de la Agencia de Seguridad Alimentaria Española, “no es arbitrario ni anecdótico el hecho de establecer un mínimo adecuado con respecto al IMC (índice de masa corporal), a la composición corporal y a la valoración clínico-nutricional para fijar criterios necesarios en la saludabilidad de esta profesión, y por eso esta acción debe ser imitada por otros foros de la moda”. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que una persona sana debe tener un IMC que se sitúe entre el 18 y el 25. En la presente edición de la Pasarela Cibeles, según comenta la Dra. Monereo, las modelos están “francamente mejor” que en anteriores citas, y señala que las propias chicas “han dicho que se encontraban muy bien”.
En la Pasarela Cibeles se han establecido criterios clínicos y un IMC mínimo de 18. A juicio de los profesionales de la medicina “se trata de una cifra algo baja según los criterios de peso de la OMS, pero ya es importante que se tengan en cuenta estos parámetros; se ha constituido en un hito internacional que necesariamente debe ser imitado por otras pasarelas de la moda, para evitar que el aspecto de muchas modelos pueda inducir a los trastornos de la conducta alimentaria en una adolescencia que sufre los rigores de estas enfermedades”.
Gracias a las denuncias hechas por asociaciones como Adaner hemos conseguido que se establezca un objetivo, el de promover que la elección de las modelos responda a cánones de belleza saludables, alejados de la extrema delgadez.
Los trastornos de la conducta alimentaria son una alteración de la conducta en relación con la ingesta de alimentos. Por tanto, los trastornos de la conducta alimentaria son un trastorno psiquiátrico. Tanto la insatisfacción corporal como el anhelo de delgadez son características necesarias para el desarrollo de estas enfermedades.
Los datos indican, que “los grupos más vulnerables son las adolescentes escolarizadas, Aunque su etiopatogenia es multifactorial, se sabe que la adolescencia es un período de tiempo vital en el que las niñas—fundamentalmente— son más vulnerables a los procesos socioculturales en relación con los cánones de belleza.
Texto: Rosa Sanz.