Extrovertida, amante de los animales y generosa fue Amparo Muñoz. Una mujer que como bien saben los que la conocían, tenía un gran sentido del humor.
Procedente de una familia humilde del barrio malagueño Arroyo de los Ángeles, y mayor de seis hermanos, Amparo Muñoz nació el 21 de junio de 1954 en su propia casa donde pasó su infancia.
Estudió bachillerato, mecanografía y taquigrafía y muy joven empezó a trabajar en Almacenes Mérida, más tarde, como secretaría, hasta que dio el salto a los certámenes de belleza de una forma inesperada.
Varios días después de fallecer su abuela, Amparo fue invitada a la feria de Vélez Málaga, donde se elegía a Miss Costa del Sol. Aunque no pensaba acudir, su padre la animó diciéndole: “Estoy seguro de que a tu abuela le hubiese encantado que fueras”.
Entonces Amparo quedó con unas amigas, y por azar terminó siendo una de las candidatas y finalmente la ganadora de Miss Costa del Sol. Sin saber muy bien la repercusión que esto tendría para ella. Tanto, que fue al día siguiente a través del diario El Sol, cuando se enteró de que tenía que presentarse a Miss España representando a su ciudad natal, Málaga.
Sin haber asimilado todavía la corona recientemente ganada, nuevamente se alzó con la victoria en el certamen nacional, siendo Miss España en 1973. Amparo contó siempre con el apoyo incondicional de los suyos, especialmente de su padre que la acompañaba allá donde iba, ya que no alcanzaría la mayoría de edad hasta el año siguiente, teniendo en cuenta que la mayoría de edad en aquel tiempo estaba en los 21 años. Aquí empezó su faceta como actriz participando en películas como ‘Vida conyugal sana’, ‘Tocata y fuga de Lolita’ y ‘Clara es el precio’.
En Miss Europa, donde la organización le plantea quedar como primera dama de honor para poder participar en el certamen Miss Universo.
A principio de 1974, Amparo Muñoz vuela a Austria para representar a España en Miss Europa, donde la organización le plantea quedar como primera dama de honor para poder participar en el certamen Miss Universo, ya que si ganaba Miss Europa no podría participar. Tras conversar con su padre sobre la propuesta, ambos decidieron aceptarlo para ir hasta Filipinas y nuevamente representar a su país. Amparo no podía imaginar todo lo que le esperaba al otro lado del mundo.
A su llegada a Filipinas, la suerte estaba echada y la organización ya tenía sus ganadoras, pero todo cambió 30 días después, cuando el jurado por unanimidad cayó rendido ante la impresionante belleza de “la española”, alzándose con la corona. Pero este título duró solamente 6 meses por decisión de la malagueña, que decidió renunciar ante la manipulación e irrespetuosidad como mujer a la que había sido sometida por parte de la organización del certamen. Curiosamente, el título se quedó sin representante durante los seis meses restantes.
Comenzó a dedicarse por completo a la pequeña y gran pantalla, llegando a participar en más de 40 largometrajes y series de televisión. Durante estos años, Amparo es reclamada por grandes directores como Nieves Conde, Pilar Miró, Saura, Chavarri, Javier Aguirre, Fernando de León, Artero, Jaime Camino, Uribe, Méndez Leite, León de Aranoa, entre otros muchos.
Como de cualquier personaje público, de Amparo Muñoz se han dicho muchas cosas que no han hecho justicia a su persona, cebándose con los aspectos menos agradables de su vida, haciendo de su vida privada su carga más pesada, intentando enturbiar su extensa carrera profesional.
CARTA DE LA FAMILIA:
Como muy bien describe Alfredo Taján, director del Instituto Municipal del Libro, en un artículo publicado en Diario Sur, “una reportera del ‘Cuore’ que ahora va de aristócrata de la opinión, lanzó hace unos años, no se sabe con qué pruebas, que Amparo se estaba muriendo de sida, lo que era falso; la propia Amparo lo rebatió más tarde, con análisis clínicos, ante cámaras televisivas; otro periodista, que allá en el otro mundo será devorado lentamente por la llamas, le sugirió en una entrevista que había practicado la prostitución, lo que hizo estallar en llanto a la actriz”.
A pesar de todo, ya no era posible destruir el personaje de Amparo Muñoz, pese a quien le pese, pues como buena renovadora de sí misma supera toda esta malversación y vuelve a resurgir la gran señora, volviendo a demostrar su gran belleza y talento continuando su profesión de actriz la cual amaba. Y pasando muy por encima de estos personajes que hoy se creen que hicieron un gran favor a la humanidad, nada más lejos de la realidad.
A ella le encantaba disfrutar regalando (incluso su propia vida), solo por ver la felicidad de los demás. Algo de lo cual solo sabemos las personas que hemos tenido la suerte de conocerla de verdad. Nadie que no la conociera podía saber lo buena persona que era, el corazón tan generoso que tenía, junto a su simpatía, delicadeza, con una gran connotación de ‘feeling’ de mujer.
En una ocasión (Pedro Muñoz) tuve la oportunidad de compartir unas palabras con Luis María Ansón, actual director del diario El Imparcial y ex director de la Agencia EFE. Me cuenta que una noche fue al teatro con Amparo. Cuando entran a la sala, él se queda por detrás de ella, y ve como el murmullo del público va desapareciendo a su paso. Tanto hombres como mujeres quedaban boquiabiertos ante la belleza y elegancia de Amparo.
Queremos agradecer a todos los que la han acompañado en sus peores momentos, a todas aquellas personas anónimas que la apoyaron desde la distancia aun sin conocerla personalmente, y a todos aquellos que se mantuvieron en el anonimato con el único objetivo de hacerle especial sus últimos días.
Para que todo el mundo pueda saber la verdad, en esos momentos nunca perdió el humor y la alegría de estar junto a los suyos (su familia), haciéndonoslo muy fácil y queriendo que ninguno de nosotros nos quedásemos con un mal recuerdo de ella.
Y por último, queremos darle gracias a Dios por haber podido compartir la misma familia, y momentos tan especiales e irrepetibles junto a ella. Por todo, gracias Amparo.
Texto: Noelia Vázquez, Pedro Muñoz
Fotos: Pedro Muñoz