1. ¿Me podría contar un poco sobre su educación y comienzos para llegar a ser un maestro y escritor de yoga?
Sí, yo oí hablar del yoga a los quince años a un chico que era precisamente mexicano. Le pregunté: “¿Qué es el yoga?, y él me dijo: “Es un método para el control de la mente”. Y entonces yo que tenía la mente como todo el mundo, hecha un lío, dije “esta es mi técnica”. Y desde ahí, pues ya llevo 51 años entregado a la investigación y a la práctica del yoga.
2. A pesar de ser una tradición de más de 5000 años, cada profesor de yoga trae algo único e individual a su práctica, personalmente ¿cómo entiende el yoga? ¿Está intrínsecamente ligado a su propósito en la vida?
El yoga es una actitud de vida, se ha dicho que es el arte de vivir. El yoga es el primer método de mejoramiento humano, y yo personalmente lo he incorporado a mi vida en todos los sentidos, porque, además hay muchas clases de yoga. Hay un yoga para el cuerpo y las energías, hay un yoga para la mente, un yoga para la actividad de cada día, un yoga para el discernimiento, etc. El yoga, de todas las técnicas y terapias orientales es desde luego la que mejor se adviene con el occidental porque cubre todas las facetas de nuestro ser: cuerpo, mente, emociones, etc.. Mañana mismo, el curso que voy a dar se llama “El trabajo consciente sobre las emociones negativas”, entonces todos podemos sacar muchas enseñanzas prácticas del yoga. Porque el secreto del yoga es que es un método práctico, no es una religión, no es una doctrina, no tiene dogmas, sino que es praxis, práctica, y creo que esto es lo que tenemos que entender.
3. ¿A quién van dirigidos sus libros sobre la India?
Bueno, verás, yo cultivo muchos estilos de libros, por ejemplo guías de viaje que tengo publicadas de Oriente, de Sri Lanka, de Nepal, de la India. Luego libros de superación personal, trato algunas veces los miedos, o la ansiedad, o la depresión. Luego cultivo también la novela de estilo espiritual, la novela más emblemática es “El Faquir”, también otras como “El templo del hielo” o “Los ojos del corazón”. Y luego, también cuentos, narraciones y relatos. Entonces me muevo en distintos ámbitos o estilos de escritura con lo que llego a mucha gente.
4. Ramiro Calle está considerado número 1 en ventas en temas espirituales, ¿es fácil llegar a la gente con sus libros en estos tiempos que corren, en los que el ser humano está tan desconcertado, incluso asustado? ¿Pueden ser sus libros un consuelo?
Yo creo que mis libros confortan, dan confianza en nuestros aliados y potenciales internos, nos ayudan a buscarnos, a conocernos, a sentirnos más integrados en nosotros mismos, y también dan sobre todo pautas, puntos de referencia para que la persona pueda hacerse mejor con su vida interior y armonizarla, y sentirse más pleno.
5. “La ciencia de la felicidad. Cómo podemos ser feliz a pesar de todo(s)?” es uno de sus libro. ¿qué es realmente para usted la felicidad? ¿Hay una receta para ser feliz?
La hay, hay un modo de aprender a ser feliz. Se puede aprender a vivir, a amar, a ser feliz si entendemos bien lo que es la felicidad. La felicidad no es solo distracción, ni diversión, ni entretenimiento, no es solo acumular o acopiar todo tipo de estímulos y volvernos unos frenéticos consumidores de estímulos. La felicidad es una dimensión de consciencia, es un estado interior que a lo que más se aproxima es a la paz, a la calma interna, a esa sensación enriquecedora de quietud, que es lo mejor que un ser humano puede tener. Si tienes quietud puedes disfrutar, pero si estás lleno de ansiedad, de angustia, de desequilibro ni siquiera hay capacidad de disfrute.
6. He leído una frase suya: “Meditando aprendemos a meditar”, pero también he escuchado a personas decir que ellos no necesitan estar en silencio para meditar. Para meditar ¿hay que parar la mente o puedo meditar conduciendo?
Bueno, te explico. Es que hay dos clases de meditación: la meditación como método, que es la meditación sentada, te recoges en ti mismo y llevas a cabo una serie de ejercicios para estabilizar, sanear, conocer, dirigir la mente. Pero luego, cuando vas aprendiendo a estar más atento, más alerta, más perceptivo, entonces en la vida diaria también estás meditativo: preparas una taza de té con atención, acaricias a una persona con atención. Lo que decían los maestros zen: “cuando como, como, y cuando duermo, duermo”. Cada momento tiene su peso específico. Pero para llegar a ese estado que se ha llamado “la contemplación o la meditación” en la vida cotidiana, tenemos que entrenarnos, claro, y ese entrenamiento es la meditación sentada que tiene además 5000 ó 7000 años de antigüedad.
7. ¿Cómo se prepara para sus clases de yoga?
Bueno, la única preparación es uno mismo, trabajar estas técnicas, estar bien en uno, y en la medida de lo posible poder transmitir ese sosiego y esa calma a los demás. Pero todo ello además con un conjunto de enseñanzas y de métodos prácticos. Porque en las clases, por ejemplo, de yoga oriental, tratamos todos los temas del miedo, la angustia, la naturaleza de la mente, el abatimiento, la tristeza, la emociones negativas como celos, rabia, odio, y tantas otras. Es importante para ser un profesor que empatice con sus alumnos, que uno tenga una gran emoción de sentirse bien con ellos, tenga motivación y que en la medida de lo posible vaya estando bien con uno mismo.
8. ¿Cuál es la lección fundamental que quiere impartir?
Es que todos tenemos que humanizarnos. No somos seres humanos como creemos, somos como animales. Estamos a medio camino entre el animal y el verdadero ser humano, y lo que tenemos que hacer es poner todos los medios y las condiciones para humanizarnos, para como decía Buda: “tener una mente clara y un corazón tierno y compasivo”.
9. ¿Qué importancia tiene el yoga en una sociedad como la actual en la que imperan las prisas y el estrés?
Pues que el yoga nos enseña a parar, es el arte de parar, de detenernos, de pausarnos. Nos enseña a volver a nuestro centro, porque estamos desquiciados y descentrados, y nos enseña a ser nosotros mismos. Y la mejor contribución que podemos hacer a esta sociedad es tener un ánimo sereno, una mente contenta, estar satisfechos con nosotros mismos, y tratar sobretodo de ser cooperantes, y no como las mayorías de las personas que son destructivas.
10. Usted, como experto en la materia, ¿considera que, en general, es difícil modificar nuestras actitudes mentales para conseguir dar a cada cosa su justo valor?
Sí, muy difícil. Yo precisamente ahora he estado hablando de esto con el profesor de yoga, con Víctor Martínez Flores, que debido a mi enfermedad por la que he estado 23 días prácticamente en coma, al salir de ella han cambiado muchísimas de mis actitudes, me he transformado, pero de una manera natural. Me he dado cuenta que importa lo que importa, es decir, que nos perdemos todos en disgustos, en inútiles preocupaciones, en apegos bobos, así la vida se va consumiendo, y no le damos valor a lo que realmente lo tiene.
11. ¿Somos conscientes de que nuestro estado anímico y nuestra salud dependen muchas veces de esas actitudes mentales?
Es que depende muchísimo. Ayer mismo, en el centro de yoga que dirijo en Madrid, había una alumna que ha tenido ya seis hemorragias de ovarios, y entonces le ha dicho el médico que en las ecografías que le hacen no aparece nada. ¿Qué pasa? Es que ella tiene una actitud que le está sacando ese trastorno, lo está somatizando. Hay infinidad de personas que aparentemente no tienen nada físico, pero que las emociones negativas las van mutilando, porque los miedos, los celos, la inseguridad, la rabia, son tóxicos, y esos tóxicos envenenan nuestra mente, nuestra psique, igual que los alimentos pueden envenenar la sangre.
12. ¿Está usted a favor de las nuevas tecnologías en la educación a distancia del mundo del yoga?
Estoy a favor de todo lo que ayude al ser humano a humanizarse, a poder practicar, y cuando no hay más remedio porque no se tiene al alcance un profesor de yoga, pues es mejor que sea cibernético o virtual, a nada. Igual que los libros, un libro puede ser un gran maestro si es un buen libro.
13. ¿Cómo es la vida de un maestro del yoga, de un meditador?
La vida de un meditador si no estamos en el Himalaya, en los Andes o en los Pirineos, si no vivimos en una cueva, es la vida de una persona normal pero con una actitud de ecuanimidad, de calma, de recuperar el equilibrio. Un meditador es estar autovigilitante y ser autoreflexivo para ser conscientes de lo que pensamos, de lo que decimos, de lo que hacemos, y en la medida de lo posible cooperar en nuestro desarrollo interior y en el desarrollo interior de los demás. Quiere decir con ello que tú a lo mejor ves a un maestro, y ves que hace la vida común de todo el mundo, pero sin hacerse daño a sí mismo, ni hacer daño a los demás, y es una persona que sigue el noble arte de vivir, de saber conciliar los intereses propios con los intereses ajenos.
14. ¿Cuál es el secreto de la meditación?
Es suspender los pensamientos, estos que nos piensan, y concentrar la mente en un ejercicio. Hay muchos ejercicios de meditación: atención a la respiración, al cuerpo, o la atención a los procesos mentales. El secreto es estar atento a ese ejercicio, y cada vez que la mente se va tenemos que volverla a recoger en el ejercicio.
15. ¿Meditamos cuando dormimos?
Es la meditación natural, cuando dormimos sin ensueños ni imágenes oníricas, en el sueño profundo reconectamos con nuestro ser y efectivamente es una forma maravillosa de reponernos y de meditar.
16. Sé que usted es vegetariano estricto por motivos éticos, ¿pero está relacionado el yoga, con la meditación y también con la alimentación vegetariana? ¿o quizás algún acontecimiento, lectura, vivencia u otra cosa le inspiró para acercarle al vegetarianismo?
Yo durante muchos años era prácticamente y profesor de yoga, y era omnívoro, porque nunca he tenido la certeza de que la alimentación vegetariana tiene que ser más sana que la no vegetariana. Yo nunca me haría vegetariano por salud, porque no puedo tener la certeza de que una lechuga sea más sana que el jamón de jabugo. Pero yo me hice vegetariano por amor a los animales, es un vegetarianismo ético, en el sentido de que si yo no quiero herir ni que hagan daño a mis seres queridos, yo tampoco quiero hacer daño a ningún animal. Por eso no creo en el vegetarianismo estricto de muchas personas por salud, porque eso es un apego y un culto al cuerpo. Yo creo en este vegetarianismo ético, que nace del principio de que igual que queremos ser felices, tenemos que hacer felices a los demás, y de la misma manera que no queremos que nos dañen, no tenemos que dañar o perjudicar a las otras criaturas.
17. Hoy en día se cocina cada vez menos y cada vez más industrial, demasiada comida rápida…¿Qué consejo le daría a los jóvenes que quieran ser vegetarianos?
Lo que les diría es que sigan un vegetarianismo inteligente, que ser vegetariano no es solamente tomarse una lechuga o una pizza vegetariana. El vegetarianismo es saber elegir los alimentos, saber cocinarlos, tener una gama muy diferente de alimentos, e incluso si los alimentos en sí mismos no logran suplir todos los aportes que necesitamos, pues se pueden también tomar otra serie de aportes que nos ayuden, que sean multivitamínicos o lo que sea. Pero hay que llevar bien el vegetarianismo para no enfermarse, para no mermar. Yo soy ovo lácteo vegetariano, o sea huevos, queso y vegetales.
18. ¿Qué percibe, actualmente hay más o menos vegetarianos que hace años? ¿Cuál puede ser la causa?
Yo no creo que haya ahora más, porque fíjate que tuvo el vegetarianismo un momento de auge en los años 90. Pero el problema es que la gente no entiende bien el vegetarianismo, muchos lo comienzan y luego lo abandonan porque no saben alimentarse bien, vegetarianamente hablando. Ahora que la alimentación es muy importante, porque este cuerpo es de alimento y una de las cinco fuentes clave de energía del ser humano es la alimentación, pero insisto, si uno va a ser vegetariano tiene que hacer una dieta vegetariana lo más rica posible.
19. Según un informe de la FAQ, la industria de la carne es la mayor generadora de gases de efecto invernadero, ¿por qué piensa que ni los medios ni los gobiernos hablan de esto?
Porque vivimos en una sociedad que es un estercolero, y que solo prima una cosa, la codicia. El sino más grave de esta sociedad es la codicia. Ni las empresas farmacéuticas, ni los bancos, ni las compañías aéreas, es que la gente no tiene sensibilidad, la sensibilidad se ha perdido. Como todo está siempre en base a la obtención de dinero y riqueza, pues los sentimientos humanos cada vez cuentan menos, y entonces efectivamente todo lo que se hace es mal guiado por esa codicia, va en el sentido de desatender las verdaderas necesidades del ser humano, para atender las necesidades de todas estas empresas.
20. ¿Cuál es su visión sobre el calentamiento global?
Existe totalmente, y yo siempre digo una cosa al respecto, que este planeta es el manicomio de los otros planetas. El ser humano, en su mayoría, en la mente, lo que tiene es ofuscación, avidez y odio. Mientras que no seamos capaces de transformar esas tres espinas, quitárnoslas, no va a tener remedio la humanidad. Si un reformador no reforma antes su mente, si un revolucionario no revoluciona antes su mente, dónde vamos a llegar. Entonces es imprescindible, lo que urge es el cambio de la mente humana, sino pasarán cientos de miles de años y seguiremos igual. Y no es solo el calentamiento global, es todo, es en qué medida el ser humano se está convirtiendo en un depredador, el holocausto que hay de animales, eso es terrible, y así sucesivamente. Estamos transgrediendo todas las leyes del curso natural de la naturaleza.
21. Hay muchas personas que no creen en el espíritu, sino solamente en lo que se ve. Hay personas totalmente de este mundo y de la mente que no saben que son los chakras, la prana, el karma, o el kundalini. También hay muchas personas que no creen en la consciencia ni en la energía, ¿qué les puede aportar la práctica del yoga?
Sobre todo esas personas que son tan escépticas lo que tienen que hacer es indagar en sí mismas, en quienes son, porque todos quieren conocer todo, pero nadie quiere conocer al conocedor. Estamos siempre mirando hacia fuera, pero nadie mira hacia dentro. No importa si eres escéptico, no importa si eres ateo, agnóstico, incrédulo, muchas veces es mejor, porque peor es aferrase a creencias y a estrechos puntos de vista, pero desde nuestra incredulidad tenemos que investigar quienes somos realmente, mirar hacia dentro porque lo que el yoga nos dice es que está muy bien mejorar nuestra calidad de vida externa, pero hay que corresponder a esa calidad de vida, con una mejora de nuestra vida interior porque sino nos vamos disociando: todo hacia fuera y nada hacia dentro. Y eso es esquizofrenia, nos dividimos a nosotros mismos.
22. ¿Tiene algún sentido tratar de cambiar el mundo? ¿o estamos todos conectados, interconectados?
Lo primero es cambiarse a uno, porque un yogui no es un rescatador de almas, afortunadamente no es un predicador, o un evangelista. Un yogui lo que hace es cambiarse a sí mismo, y de la misma manera que cuando una bombilla se enciende, no solo se ilumina ella, sino que da luz alrededor, pues en la medida que nosotros cambiamos, conseguimos cambiar un poco nuestro entorno. Dejémonos de tanto cambiar el mundo y no cambiarnos a nosotros mismos, porque eso también es una hipocresía, siempre somos muy indulgentes con nosotros y muy implacables con los demás.
23. ¿Cree que lo que hará que se produzca un cambio en el mundo será una revolución interior?
Sí, por supuesto, no es la única. Porque si levantara la cabeza el hombre de a pie de hace 300.000 años, se volvía a morir al ver que no hemos avanzado nada interiormente, mucha tecnología pero ningún avance interior. Cuando haya una verdadera revolución interna, surgirá una positiva revolución externa.
24. El gran escritor Víctor Hugo decía: “La india es nuestra gran abuela”. ¿Qué significa para usted esta gran frase?
La india de hoy no es la India que fue. La India soñada no es la India real. Hay que reconocer que la India vive de pasados talentos. No hace nada artísticamente, ni espiritualmente, ni arquitectónicamente, vive de talentos pasados. Fue la más gloriosa civilización que ha habido y ahí se ha quedado y no surgen nuevos espíritus revolucionarios ni en el arte, ni en la cultura, ni en nada. Entonces la India se encuentra ahora en una grandísima encrucijada, porque por un lado es un país emergente, pero por otro lado sigue habiendo 300 millones de personas o más que viven bajo el nivel de la miseria. Tenemos que aprender a distinguir entre la India ensoñada o la India de los grandes yoghis, de los grandes sabios, y la India real donde ahora se practica muchísimo menos yoga que en España, por ejemplo. Pero la India siempre sigue siendo el referente, es mi patria espiritual, de hecho unos de mis últimos libros se llama “La India que amo”, porque es el gran país que ha dado todas las culturas espirituales, pero que de tanto dar se ha desertizado, y ya no da absolutamente nada, es triste.
25. Tengo pensado ir en breve a la India, ¿qué “India” me recomendaría, ya que es un gran maestro de este lugar?
Te recomendaría sobre todo la India agrícola, la India de los pueblos, salirte de los circuitos turísticos, que no quiere decir que no los hagas, pero la India más auténtica solo la podemos conocer cuando salimos de las grandes ciudades. Porque la India es eminentemente agrícola, tiene nada menos que 700.000 pueblos o aldeas. Es una pena ir a la India y quedarte solo en la grandes ciudades que cada día además son más junglas urbanas.
26. Las personas que han visitado la India dicen que cuando vuelven a su país hay un “antes y un después”, ¿a qué se refieren?
Se refieren a que todo viaje a la India es un viaje hacia dentro. La India es un reto, un desafío, nos vapulea. Tienes que poner muchas veces a prueba tu paciencia, tu ecuanimidad. Es tan diferente que yo siempre decía: “cuando viajas a la India, no viajas a otro país, viajas a otra galaxia”. Lo que pasa es que ahora también la India se está transformando, está cambiando a una velocidad tan increíble que lo mejor es visitarla cuanto antes.
27. ¿Qué significan para usted los días de Navidad?
No significan nada, porque lo único que significa es la actitud. Si la Navidad sirviera para mantenernos contentos, serenos, agradables, siempre deberíamos estar en Navidad. Pero estar unos días un poco más afable para luego volver a nuestro odio, ira, pues…La Navidad hoy día no es nada. La Navidad se ha convertido más en folclore y en una excusa para el egoísmo, la diversión, y el consumismo que es lo que prima en occidente.
28. Con estas fechas que se aproximan, dígame algún regalo que haría, un libro que recomendaría, una comida que degustaría, qué viaje realizaría…
El regalo que haría es la poca paz que yo pueda tener, transfundirla y compartirla con los demás. Y el mejor regalo que recibiría es también que me den paz interior, porque como decía Buda: “No hay nada que pague la paz interior, no hay otra dicha que la paz interior”.
Yo volvería a recomendar para los que están en esa búsqueda que empieza, un libro que todos deberíamos leer, de niños y de adultos, y volver a releer, que yo le agradezco mucho a mi madre que desde niño, a los 8 años, ya me diera este libro que es “Kim de la India” de Rudyard Kipling.
Una comida que creo que es magnífica, muy básica, que es arroz blanco y huevos fritos. (Risas) No hay que ser tan sofisticados, esa es una comida excelente.
Yo siempre viajo a los mismos sitios, a la India que he viajado 100 veces, a Sri Lanka que he viajado 25 veces. Pues como mi último viaje se vio truncado por mi enfermedad, que era a Oriente, y luego el siguiente que aun teniendo los billetes no he podido viajar…Ese viaje de nuevo a la India, Sri Lanka o en general, a Oriente, me gustaría hacerlo con otra actitud de vida, puesto que mi enfermedad me ha cambiado.
29. ¿Qué opina de los programas de televisión que están apareciendo cada vez más, en donde una médium conecta con seres de otra dimensión?
Son un show, yo creo que eso puede devaluar realmente la idea o el sentimiento del verdadero médium, creo que de nuevo es buscar audiencias y que son capaces de hacer lo que sea las grandes cadenas por acumular audiencias. Yo dudo de todos estos “montajes”.
30. Por último, háblenos un poco de su último libro “En el límite”.
Después de mi enfermedad, de estar balanceándome en un columpio entre la vida y la muerte durante 23 días, después de que me dieran 4 horas de vida, mi editor me pidió que escribiese un libro contando todo ello. Al principio me indigné incluso, pero luego me dije que esto podía ayudarme a conocer también qué me ha sucedido y a ver qué cambios se han producido en mí. Entonces como una especie de detective empecé a buscar todo lo que me había sucedido que fue tremendo: tuve una parada respiratoria, luego tuve una neumonía, luego fallo renal, luego una rombo-encefalitis que es una infección masiva del cerebro gravísima. Porque todo esto te lo va produciendo ese bacteria que cogí en mi último viaje a Oriente, que tiene un lugar preferido para alojarse que es la base del cerebro o el cerebelo. Pero en este libro abogo también por la atención a los enfermos, indico cómo hay que instrumentalizar la enfermedad para el crecimiento interior y el desarrollo, cómo la enfermedad nos puede humanizar y que estemos más cerca de los seres enfermos queridos, o sea yo creo que es un libro que por todos los lados destila sobre todo amor, compasión. Yo cuando salí de este trance lo primero que sentí es lo importante que es el cariño que es lo único esencial en esta vida, todo lo demás es superfluo.