Un colorido sereno, un diseño elegante y sencillo con delicados detalles hechos a mano son las señas de identidad de un diseñador malagueño de Alta Costura que apuesta por la tradición actualizada, por la feminidad y por la magia de la seda en diferentes texturas.
Jesús Segado comenzó a diseñar para Piedroche cuando aun cursaba sus estudios en la Escuela de Arte de Málaga, trabajó como formador en la Escuela de Diseño y Técnicas de la Moda hasta que comienza en la firma Blanco y Negro. Y hace 15 años decide montar su propio atelier: “No me fui de ningún trabajo pensando que iba a montar un taller, se puede decir que la gente me ha ido llamando”.
El taller de Jesús Segado refleja a la perfección su personalidad tranquila, tímida y risueña. Un lugar donde el diseñador crea y da forma a los deseos de tantas mujeres que confían en él para los momentos más importantes de sus vidas.
Tu pasión por el dibujo y el amor por la costura inculcado por tu madre han estado presentado siempre en tu vida, ¿cuáles fueron las primeras enseñanzas en casa?
Han sido muchos momentos a su lado por circunstancias personales, de pequeño pasaba mucho tiempo con ella. Era modista entonces he visto desde siempre cómo cosía, cómo cortaba, cómo hacía,… Además, a mí me gustaba mucho dibujar, colorear, y eso creo que viene en la genética.
Te formaste en la Escuela de Artes aplicadas de Málaga, ¿cuándo descubriste que querías dedicarte al diseño de moda?
Cuando estaba en BUP ya tenía claro que quería estudiar diseño de moda o algo relacionado, pero mi madre que había sido modista, mi padre un trabajador toda la vida, y sabían lo dura que es la costura, no querían que yo pasara por lo mismo. Yo soy el cuarto de cinco hermanos que ya estaban estudiando sus carreras, y mi madre quería que tuviera una estabilidad, con horarios, y fuera feliz, pero claro para mí ser feliz es hacer lo que hago aunque no tenga horarios. Yo creo que ella tenía una visión protectora, hasta que se dio cuenta de que esto era lo que quería.
También me gustaba mucho la restauración y siempre he dicho que si hubiera estudiado Bellas Artes me hubiera dedicado a restaurar arte. De hecho en mis diseños me encanta recuperar modelos y actualizarlos.
Y hace ya 15 años montas tu propio atelier de Alta Costura, ¿qué te hace decidirte por fin a diseñar para tu propia firma?
Cuando decido terminar en Blanco y Negro. Yo siempre digo que aprendí muchísimo, conocí a mucha gente, me encantó trabajar allí porque creo que hoy en día soy lo que soy por todo lo que aprendí con ellos, expusimos en las mejores ferias internacionales junto a las grandes marcas, tuve la oportunidad de tratar con personas que para mí eran mitos y que además me trataron con una delicadeza y un cariño que me sorprendió muchísimo. Pero llegó un momento en que no podía más con esos horarios, con la presión, y me di cuenta de que me encantaba lo que hacía pero que no quería ir a trabajar porque me sentía muy agobiado y no quería que eso acabara conmigo y con mi pasión por la moda.
Entonces decido intentar hacer otras cosas, por mi cuenta o a otro nivel. Nadie entendía nada, porque había mucha gente que le hubiera gustado estar en mi lugar, con un trabajo fijo, pero yo decido que no quiero eso. Sabía que quería dedicarme a la moda pero no me fui de ningún trabajo pensando que iba a montar un taller, se puede decir que la gente me ha ido llamando.
¿Tu primer traje de novia?
Recuerdo que estando en Blanco y Negro la secretaria del gerente de Piedroche me llamó porque se casaba una amiga y quería que le hiciese el traje de novia.
Quedé con ella, le propuse hacerle unos dibujos pero le dije que yo nunca había hecho un traje de novia. Se los hice y le encantó, pero el problema estaba en que yo no quería un traje blanco, yo quería lo que se lleva ahora, el crudo y un raso mate, pero era complicadísimo de encontrar. Hasta que un día hablando con Tejidos Marfil al final lo encontramos. Ese fue el primero y pensé que sería algo puntual, pero una amiga suya me volvió a llamar, y otra amiga, y otra.
¿Qué balance hace de estos 15 años?
Yo estoy muy contento, sobre todo estos tres últimos años que tengo el trabajo mucho más expuesto. Antes funcionaba a base del boca a boca, el círculo era mucho más cerrado, hasta el año 2011 que fue cuando empiezo a participar en eventos y me conoce el gran público de Málaga. Había mucha gente que me conocía pero muy determinada.
Feminidad, elegancia, sencillez, detalles, una alta costura artesanal que rinde homenaje a la tradición con un estilo actual, ¿te sientes identificado?
Bastante.
¿Añadirías algo?
Mujeres serenas.
¿Qué te inspira?
Depende de cada colección. Si trabajo directamente con alguien me inspira la serenidad y lo que me trasmita cada persona, aunque también pienso que si alguien me llama es porque le gusta lo que hacemos. Quizás yo soy de un tipo de mujer que no le gusta enseñar, siempre les digo a todas que cuando vayan a un sitio procuren que no se fijen en su vestido sino en ellas por lo guapas que están.
¿Te han pedido muchas locuras?
Sí, pero no me prostituyo. Hay veces que cedo en cosas, pero si yo veo que el traje es un disparate y no tiene nada que ver conmigo, no lo hago.
¿Es difícil adaptar las exigencias de las clientas, a la tendencia y a tu estilo?
Sí. Hay veces que lo he pasado muy mal, una vez pensé que había una cámara oculta.
¿Cuál es el proceso desde que entra una clienta hasta que sale con su traje?
Pues por ejemplo las novias, suelen venir con una idea pero yo siempre les digo que si no saben físicamente lo quieren que sepan lo que no quieren. Una vez que descartamos cosas, les pregunto cómo se ven más guapas, porque ellas son las que mejor se conocen. Cuando ya hemos llegado un acuerdo entre los dos sobre el estilismo que vamos a seguir hacemos varios diseños con la misma línea. Elegimos el tejido, cogemos las medidas, se prepara una glasilla para que vean el efecto que llevará el traje y sobre eso hacemos los últimos cambios. Ya se hace el vestido real y se hacen las pruebas que hagan falta hasta el día de la boda. Me gusta consultar mucho sobre el proceso de elaboración de cualquier detalle, aunque luego me dejen participar y aconsejarles, quiero que su personalidad se vea reflejada en su vestido.
He leído en una entrevista que diseñar novia es “uno de los retos más bonitos”, ¿qué lo hace especial?
Lo hace especial que es un día muy importante y que confíen en mí me parece algo muy importante, para mí es un halago. Ten en cuenta que el primer día podemos hablar dos o tres horas, hay muchas que no saben lo que quieren, las tranquilizo mucho incluso hablamos de otra cosa, porque al principio no me conocen y les da un poco de vergüenza. Son cosas muy íntimas, por eso me gusta hablar con ellas y tener confianza el uno con el otro porque vamos a pasar mucho tiempo juntos y un tiempo muy importante para ella.
¿Qué telas, colores o detalles destacan en tus diseños?
Sobre todo la seda natural, creo que tiene una magia y una delicadeza que se presta a trabajar con varias texturas diferentes. En el colorido no soy nada estridente. Hay veces como en esta última colección por ejemplo que se ha mezclado el turquesa y el fucsia, pero se ha relajado con el brillo de la lentejuela, me encanta el rosa y el beis. Me gusta el colorido pero que a la vez se vea sereno.
¿A qué tipo de mujer viste Jesús Segado?
Actual, tranquila, serena, me gusta mucho la gente romántica, y sobre todo comprometida, que se note que estamos en 2014. Puedes vestirte con un estilo basado en alguna época concreta que tenga reminiscencias antiguas pero actualizadas. De hecho, hay clientas que nos traen los trajes de novias de sus madres y le damos un estilo más actual manteniendo el vintage, y la verdad que es una experiencia muy bonita.
Y diseñar para hombre, ¿te lo planteas?
No. En Piedroche lo hice pero al final el hombre quiere sota, caballo y rey.
Hemos visto tu última colección en Pasarela Larios ‘Miscelánea’, fue una de las más aplaudidas, cuéntanos que podemos encontrar para aquellos que no la conozcan.
Miscelánea surge de fotos que encontré en internet, buscando otras cosas aparecieron y me sorprendió mucho el color. Había una que tenía turquesas oscuros mezclados con teja, rosas, y me pareció impresionante. A partir de esos colorines empezamos a hacer Miscelánea, muy basada en la naturaleza también como los tocados. Laura Olea me entendió muy bien a la hora de diseñar los tocados. Y para la forma, me encanta basarme en estructuras de Balenciaga, Yves Saint Laurent, Chanel, Dior, pero muy de los principios y actualizarla a nuestra época.
¿Cuánto tiempo necesita una colección como ‘Miscelánea’ con tantos detalles artesanales?
Un año. De hecho, ya estamos preparando la próxima colección.