Nuestro disfrute en la intimidad está lleno de posibilidades y todo dependerá de nuestros gustos y del momento para elegir una u otra. Si buscas explotar al máximo la sensualidad y el placer, entonces el sexo lento puede ser la opción perfecta para ti.
Mucho se habla de los encuentros rápidos, esos que nos toman por sorpresa en un momento que no esperábamos y que nos dejan hiper ventilando de la emoción. Pero, afortunadamente, también está el sexo lento lleno de maravillosas posibilidades, ofreciéndonos la oportunidad de extender al máximo cada encuentro y olvidarnos de todo lo que pasa fuera de esa habitación.
Una de los beneficios del sexo lento más claros es que estos encuentros en los que el tiempo no importa, nos permiten enfocarnos en los juegos previos y experimentar con aquello que gusta a nuestra pareja. Tocar, explorar, descubrir y disfrutar al máximo es la clave de estos encuentros, en los que ambos deben aportar sus ganas de complacer al otro.
Cuando explotamos al máximo el disfrute de los juegos previos, la excitación no se hace esperar. Nos sentimos relajadas y dispuestas para el placer, por lo que el sexo lento suele hacer que lubriquemos más permitiendo que cuando llegue el momento de la penetración sintamos mucho más placer. Así ambos disfrutarán al máximo.
Los sentidos se activan por completo en estos encuentros, en los que estimular es la clave, por eso para muchas mujeres suelen ser más placenteros, en especial, para aquellas que encuentran problemas para alcanzar el orgasmo. Este tipo de encuentros destacan por ser mucho más íntimos, por lo que quienes disfrutan del romance también se sentirán a gusto con ellos.
No hay más que decir, con tan buenas referencias solo queda relajarnos y prepararnos para disfrutar de un encuentro delicioso y lleno de placer a un ritmo lento y pausado, notarás la diferencia.
Autor: Debora de Sa
Artículo de Nosotras.com