¿Cómo sabemos que nuestro clima está cambiando de forma permanente, en lugar de pasar por un período normal de flujo? Echemos un vistazo a los 10 grandes cambios científicos que estamos observando sobre la evolución de nuestro sistema climático. Sólo siendo plenamente conscientes de la gravedad de este cambio podremos actuar. Este artículo ayuda a aclarar las cosas.
Pocas tendencias mundiales han sido tan polémicas como el cambio climático y el calentamiento de la Tierra. Se argumenta que los cambios en el enfriamiento y el calentamiento del planeta son cíclicos e impulsados por factores naturales como la energía solar que recibe o las variaciones en su órbita. Sin embargo, tenemos evidencias científicas que el cambio que está experimentando nuestro planeta tiene causas inconfundibles relacionadas con la actividad humana. Las mediciones que reciben los sensores de la pléyade de indicadores repartidos por todo el planeta son abrumadoras.
Sólo los datos recopilados durante lustros por la agencia estadounidense NOAA (National Oceanic Atmospheric Administration) nos permiten ser conscientes de cómo están evolucionando las constantes planetarias. A nivel global, las temperaturas promedio de la superficie del planeta aumentaron de 0,6-0,9 grados Celsius entre 1906 y 2005. Sin embargo, es la tasa de cambio de la temperatura de la tierra, uno de los indicadores que más preocupa a los científicos, dado que las temperaturas han aumentado casi el doble de rápido en los últimos cincuenta años.
¿Qué otras realidades de nuestro sistema climático han cambiado desde el siglo pasado? ¿Cómo sabemos realmente que nuestro clima está cambiando de forma anormal, en lugar de pasar por un período de cambio natural?
Los científicos nos muestran 10 indicadores inapelables sobre cómo están cambiando realmente las condiciones naturales de nuestro planeta y que no dejan lugar a dudas sobre la evidencia del cambio.
1. Las temperaturas del aire sobre la tierra están aumentando
Las estaciones meteorológicas en tierra firme muestran que las temperaturas medias del aire están aumentando, y como resultado, la frecuencia y severidad de las sequías y olas de calor también. Sequías intensas contribuyen a provocar incendios forestales destructivos, cosechas fallidas, y amenazan los suministros de agua potable. Estos efectos no son uniformes en el planeta y por eso no se percibe como un problema global, excepto para las zonas que sí que notan ya estos efectos de forma contundente.
2. Las temperaturas del aire sobre los océanos están aumentando
Termómetros instalados en buques y boyas flotantes con sensores muestran que el aire cerca de la superficie del océano se está calentando, lo cual aumenta su capacidad para evaporar el agua. A su vez, vemos un aumento en las precipitaciones intensas y las inundaciones en tierra irme. Los incrementos de temperatura sobre el agua marina, no sólo evaporan más agua, sino que son el motor de los huracanes, tempestades y precipitaciones extremas en las áreas litorales.
3. El hielo ártico está disminuyendo
El área cubierta por el hielo marino en el Ártico se está reduciendo. En los últimos treinta años la disminución ha sido gradual pero evidente. La capa de hielo del Ártico crece cada invierno, cuando hay menos luz solar, y se derrite cada verano cuando los días son más largos, alcanzando su punto más bajo del año en septiembre. Algunas investigaciones sugieren que el Ártico podría perder casi toda su cubierta de hielo de verano para el año 2100, mientras que otros estiman que mucho antes.
4. Los glaciares se están derritiendo
La desaparición de los glaciares es uno de los signos más perceptibles del cambio climático y mejor documentados en el último siglo. En muchas áreas del planeta, el suministro de agua potable depende de la fusión del agua de los glaciares y nieves montañosas. La desaparición de los glaciares es una amenaza para un recurso básico para la humanidad: el agua.
5. Los niveles del mar están subiendo
Mareógrafos y satélites que miden la distancia entre su órbita y la superficie del océano, nos muestran que el nivel del mar en todo el planeta sigue creciendo. El aumento del nivel de las aguas amenaza ecosistemas litorales esenciales como los manglares, los suministros de agua dulce, y los establecimientos humanos instalados (ciudades, industrias, centrales energéticas, etc.) a lo largo de las costas.
6. La humedad contenida en el aire aumenta
Las medidas sobre la tierra y el agua muestran que hay más vapor de agua en el aire (humedad). El aire se siente más pegajoso cuando hace calor y la humedad se incrementa. El vapor de agua es una parte importante del ciclo del agua, y contribuye al efecto invernadero natural de la Tierra que permita que nuestro planeta mantenga la temperatura óptima para la vida. Sin embargo, en exceso el vapor de agua es un gas de efecto invernadero.
7. El calor oceánico se incrementa
El océano se comporta como un gran almacén de temperatura que cede su calor poco a poco. Esta función de los océanos es una parte natural e importante de la estabilización del sistema climático. Los patrones climáticos naturales gracias a esta función de tampón de la temperatura global del agua marina interviene de forma regular en los movimientos de las corrientes marinas y estas a su vez en los fenómenos atmosféricos. Cuando el potencial para ceder lentamente el calor oceánico se altera, se producen anomalías que causan irregularidades climáticas extremas.
8. La temperatura superficial del mar está aumentando
Los instrumentos de medición muestran que las temperaturas del agua en la superficie del océano están aumentando. Hasta cierto punto, este es un patrón normal: la superficie del océano se calienta a medida que absorbe la luz solar. El océano libera parte de su calor a la atmósfera, creando vientos y las nubes de lluvia.
Sin embargo, el aumento de la temperatura de la superficie del océano, está provocando que se libere más calor a la atmósfera. Este calor adicional puede dar lugar a tormentas más potentes y más frecuentes como los ciclones tropicales y los huracanes.
9. La cantidad de nieve está disminuyendo
La nieve es importante, ya que ayuda a controlar la cantidad de energía solar que absorbe la Tierra. La nieve y el hielo, de colores claros, reflejan esta energía solar hacia el espacio, lo cual ayuda a mantener el planeta fresco. La cantidad de nieve y la pérdida de hielo en los últimos treinta significa que la Tierra está absorbiendo más energía solar de la prevista en los modelos climáticos y, por tanto, con efectos imprevistos en todo el planeta.
10. La temperatura de las capas bajas de la atmósfera se incrementa
La capa inferior de la atmósfera es la llamada troposfera, es la capa con la que estamos familiarizados ya que es la que condiciona el clima y nuestro estilo de vida. Las mediciones de los satélites muestran que esta capa baja de la atmósfera se está calentando por la acumulación de gases de efecto invernadero que retienen el calor que recibe la superficie de la Tierra.